Camino de
nuevo a lo largo
De un
sendero triste y gris
De un camino
muerto y vago
Camino por
mi JARDÍN
Miro de
nuevo su suelo, seco
Miro de
nuevo mi esfuerzo, inútil
Recuerdo los
llantos regados, como ecos
Recuerdo de
nuevo el dolor, muy sutil
Y como una
gran erupción, vuelve a mí
El fuerte
ataque de tristeza y depresión
Recordando que
no es para mí la compasión
Y que
tampoco, por convicción, estoy aquí
Mirando en
rededor, hoy lloro de nuevo
Pues a pesar
del esfuerzo, nunca nada creció
¿De qué
sirve llorar? No hay nada bueno
Toda mi fe
en esta tierra se acabó
Es tiempo de
caminar hacia atrás o hacia adelante
Y esperar
que en mi camino pueda hallar
Una flor tan
hermosa y cautivante
Que me dé
ánimos de un amor cultivar
Hoy dejo
aquí mi azadón,
Mis
semillas, mi pala y mi corazón,
Esperando
que florezca algún día
Con la
lluvia piadosa que pedía
Hoy dejo
aquí toda mi fe, mi energía y mi esperanza
Sabiendo que
de mi, no hay nada más
Ya no puedo
continuar mis esfuerzos de labranza
Sólo queda esperar,
un poco más
Deseando,
por piedad, una gran lluvia
Que la
tierra de mis yermos pueda ahogar
De
esperanza, ternura y hermosura
Propiciando
la cosecha de un amor
Un amor que
llegó y se fue…
Una flor que
creció y se marchitó
Si, como
dicta el ciclo, como debe de ser
Pero antes
de tiempo desapareció
Es hora de
marcharme, es hora de partir
Ya no hay
razones para quedarme aquí a llorar
Y si en
ninguna otra parte he de encontrar
Una flor que
me haga sonreír
Como dije
alguna vez, he de dictar
Que me dejen
en la tierra que no quiso florecer
Donde nunca
pude amar
Donde tenía
que perecer
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