miércoles, 21 de marzo de 2012

¿Dónde te agarró el Temblor?




Ayer (20/III/2012) a las 12:02 horas ocurrió un sismo de 7.8 grados en la escala de Richter.

Me resulta tan extraño que, con éste, ya van 4 temblores que presiento, dos los anuncie (Y mis amigos me acusaron de brujería jajaja), y dos me quedé callado, asombrado por que días después de presentir, pensar o soñar, ocurrían.

Estaba yo tomando apuntes en la clase de Operaciones de Separación I: Evaporación, cuando salvajemente sentí un mareillo. 

Al principio dije: “de nuevo mi mente me hace jugarretas”, hasta que un compañero dijo “está temblando”. Inmediatamente entré en estado de alerta y a mi mente acudieron imágenes de vidrios destrozándose, gente muriendo aplastada, edificios derrumbándose, explosiones y cuanta madre pueda imaginar un cerebro tan imaginativo como el mío.

Valiéndome verga, dejé mis cosas en el salón y bajamos hábilmente las escaleras, en ese momento el temblor dio una sacudida inesperada, tras lo cual una pinche vieja histérica soltó un grito de miedo. Dicho grito alteró a otras viejas y en conjunto éstas alteraron a los pinches weyes (y a mi) que íbamos en bola como animales en estampida. Nos comenzamos a arremolinar en las escaleras y al grito de “¡tranquilos!” recuperamos las riendas.

Ya una vez abajo se nos informo de una fuga de gas detectada por el explosímetro. Las clases se suspendieron. Intenté llamar a mi casa y la puta señal, bien gracias…
Pensé entonces: “¿Y si esto no hubiera sido un sismo?”.

De las pocas cosas que me asustan, como lo desconocido (visitas de aliens o las profundidades en agujeros abiertos en la tierra), las aguas profundas o ser secuestrado, una de las que más me eriza los nervios, son los terremotos.

Es una de las pocas cosas que los hombres no podemos controlar… aún.

El hecho de saber que esa fuerza destructiva y abominable es simplemente imparable me resulta escalofriante.

Prefiero morir en una guerra nuclear, que morir en un terremoto, y experimentar, minutos antes de mi deceso, la terrible agonía y el pánico de ver como todo el mundo se derrumba ante mis ojos, para después escuchar el crujido de mis huesos, ahí en la oscuridad, sofocado por el polvo e imposibilitado de moverme, aplastado por toneladas de escombros, junto a otras personas, pensando, en mi mera tumba y eterna última prisión, mientras espero el último latido de mi corazón colapsado: “¿Dónde está mi familia?”.

Y quizás tembló, por que hoy me vestí elegante.
 


sábado, 3 de marzo de 2012

Tengo Tiempo


Si yo tuviera dinero te llevaría a comer a lugares caros,
te compraría una flor cada vez que nos viéramos,
te llevaría al cine, a cada estreno,
te compraría ropa bonita, la que tú me pidas,
y te compraría los perfumes más caros...
Si, si yo tuviera dinero te compraría... Te compraría una y otra vez...
Pero no lo tengo...

Lo que si tengo es tiempo.
Tiempo para ganarte, para conquistarte.
Tiempo para estar contigo en tu más amargo minuto
o en tu más dulce segundo,
tiempo para ir a caminar,
para reír de cosas simples,
para llorar por cosas no tan simples...

Tiempo para tomar tu mano y sentir el latido de tu corazón,
tiempo para besarte, para mirarte, para acariciarte.
Tengo tiempo para oler tu perfume, en el viento,
para ver tu reflejo, en el agua,
para escuchar tu voz, en mis sueños.
Tengo tiempo para verme reflejado
en el brillo de tus ojos.

Tiempo para perderme en tu sonrisa,
tiempo para ir y venir,
de aquí y de allá y de todas partes,
sólo por ti.
Tengo tiempo para mirar el crepúsculo a tu lado,
tiempo para mirar el ocaso abrazados,
tiempo para decirte que te quiero

Y tiempo, quizás, para decirte que te amo.

Tengo tiempo para ti y sólo por ti,
porque con el tiempo sabré que tú eres real.
Tengo tiempo, vida mía, para esperarte...
¿Dónde estas?
No tengo dinero para comprarte,
tengo tiempo para esperarte,
para encontrarte y hacerme rico con cada beso de tus labios.