sábado, 24 de mayo de 2008

El suspiro y El vuelo



Erase una vez en un mundo feliz, se encontraban la piña y la naranja, las cuales eran felices. Luego llegó la manzana y se fue con la naranja. Desde entonces, la piña es ÁSPERA POR FUERA, dulce por dentro y CON EL CORAZÓN DURO.
Moraleja:
“Bienaventurado el que nada espera porque nunca sufrirá desengaños”…
Si, linda frase, ojalá fuera tan fácil apegarse a ella.

¿Quién lo diría? Mayo, Mayo del 2008 fue un mes muy… especial en mi vida.
Me pasaron tantas cosas… Puedo agradecer varias de ellas:
Una reconciliación.
Un encuentro.
Un sentimiento.

Si, un sentimiento. No sé que fue, pero fue lindo mientras duró. Ahora, he caído de nuevo en el charco negro. Ése sentimiento fue como asomar la cabeza por accidente y zambullirme de nuevo. Tan sólo fue un respiro. Y ahora, por lo tanto, siento que me ahogo jejeje.

Si, ya pasará, sólo es cuestión de acostumbrarme, de nuevo, a sentir esto…

Hace tiempecillo ya no escribía ni un poema porque mis musas y mis típicos sentimientos de inspiración ya no estaban conmigo. Pero hoy me los he topado de nuevo. Y, por consiguiente, he creado algo nuevo, son dos cosas tal vez no muy buenas porque pasó algo de tiempo desde el último poema, pero es algo que, como siempre, me ayuda a desahogarme.

El suspiro

“…Y entonces decidí alejarme del rincón, donde alguna vez me encontraba seguro y protegido, escondido entre las sombras, fresco o mejor dicho frío, alejado y oculto de aquello que podría dañarme. Y al salir al sol quedé cegado por su luz un instante. Abrí los ojos y vi un mundo diferente. Un mundo donde me sentí cálido pero también desprotegido. Y vi cómo todos abrazaban algo que llamaban “Amor” y me dio curiosidad saber qué era, pues desde lejos lo había visto pero nunca conocido.
Intente hacerlo pero no fue lo que conseguí, lo único que conseguí fue un soplido… Si, un tierno suspiro de ese noble sentimiento. Me sentí feliz, contento, agradecido…
Y después regresé corriendo al agujero, frustrado, al darme cuenta de que a mí sólo me sopló pero nunca me abrazó como a los otros.”.

El vuelo

¡Así como el sol vierte sus rayos!
Sobre las aves que vuelan en los cielos
Sobre las nubes blancas y traviesas
Y las flores de los campos elíseos

¡Así como la lluvia cae sobre las plantas muertas!
Ofreciéndoles la vida a ellas de nuevo
Suavizando la tierra del desierto
Y los campos vistiendo de hierbas altas

Así, con esa fuerza inmaculada, yo sentí
Mi alma por los cielos elevada
Con alas de colores azules y carmesí
Volé por los cielos de un hermoso JARDÍN

Y así, me sentí yo emocionado
Creyendo que duraría para siempre
Y al llegar a lo más alto de mi vuelo
El sol me traicionó sin un consuelo

Mis alas se habían derretido
Como si estuvieran hechas de cera
Y como la miel se fueron escurriendo
Quebrantando mi deseo y mi carrera

Tan alto volé, cegado por la luz
Que mis alas ya se habían fundido
Y ahora caigo sin remedio y confundido
A una muerte segura en EL JARDÍN

Y cayendo recordé yo los momentos
Donde volé tan feliz y tan seguro
Que ahora, al verme caer, en mi tormento
Recuerdo con horror ese momento


Caí como un ave lastimada al ser cazada
Atravesado por la cruel flecha de Cupido
Con las alas rotas y el corazón partido
Sin afán de seguir ya mi cruzada

Y en suelo me arrastre yo mal herido
A un agujero que en la oscuridad moraba
Y en él entre con la ilusión quebrada
Llorando de dolor y arrepentido

Mis alas se habían ya lastimado
Y habían quedado deformadas
Dolían y en un momento de locura
Las arranqué para no volar de nuevo

Y esperando en las sombras yo me encuentro
Aguardando a que sanen mis heridas
Y al salir de mi escondite no veré ya nunca más
Al sol que me había causado entuerto

Espero a que mis alas pronto crezcan
Para así poder yo seguir volando
Pero ya nunca volaré de día
Sino de noche, por las sombras cobijado

Contemplando la luna y las estrellas
Sintiendo el viento a las deshoras
Recordando mis anteriores alas, bellas
Y sonriendo mientras vuelo en esas horas

Y volando por la noche con las alas extendidas cual albatros
Al ritmo y tintineo de los hermosos y cordiales astros
Donde en la negrura del cielo se ven sus destellos
Muy pronto yo formaré parte de ellos